sábado, 3 de septiembre de 2011

Euro 1.992: El cuento de hadas danés.

El verano próximo hay Eurocopa en Polonia y Ucrania pero un dato me ha hecho recordar. Se cumplen 10 años del campeonato de europa de 1.992 en Suecia donde, sin haber conseguido la clasificación, una selección ganó el torneo: Dinamarca.

Los daneses no habían logrado el pase a la fase final de Suecia tras quedar segundos de su grupo tras Yugoslavia cuando, a 10 días para el comienzo del campeonato, la UEFA y la FIFA, siguiendo una resolución de la ONU, se vieron obligadas a dejar fuera al país balcánico,inmerso en una terrible guerra civil.

El entrenador danés Richard Møller-Nielsen se encontraba de obras cambiando la cocina de su casa cuando se enteró por la radiode la noticia. Jugarían la fase final en Suecia. De repente se encontraba teléfono en mano sacando a los jugadores de sus hamacas enla playa intentando formar una selección que tendría solo 8 días para prepararse. Por si fuera poco, el mejor jugador danés de aquellos tiempos, Michael Laudrup, renunció a jugar “Nocreí en la improvisación” dijo. Craso error. El centrocampista delLiverpool Jan Mölby tampoco atendió la llamada del seleccionador.

Aquella fue la última Eurocopa en la que participaron solo 8 equipos, que estaban encuadrados en 2grupos. Dinamarca estaba en el grupo A, nada más y nada menos que junto a la anfitriona

Suecia, a Inglaterra y a Francia. Casi nada. En el otro grupo, Alemania (campeona del mundo), Holanda (campeona de Europa), Escocia y Rusia. Los partidos se jugarían en cuatro sedes: Estocolmo, Malmö, Goteborg y Norrkopping. Las semis y la final se disputarían en Goteborg.

El primer partido contra Inglaterra se jugó con una consigna clara: no perder. Al final 0-0 pero los ingleses se dieron por contentos visto lo visto en el partido. Suecia y Francia empataban 1-1.

No sorprendió tampoco la derrota en el segundo partido contra los anfitriones por 1-0, que demostraron su potencial ofensivo con Martin Dahlin y Tomas Brolin. Francia e Inglaterra firmaban tablas 0-0.

La sorpresa llegó en la última jornada cuando Dinamarca se impone por 2-1 a la Francia de Platini. Adelantó Larsen a los nórdicos y empató Jean-Pierre Papin para los galos a la hora de partido. Con los franceses buscando la victoria, Lars Elstrup, a falta de 12 min. para el final desató la euforia de todo un país al lograr el histórico tanto de la victoria que metía a Dinamarca sorprendentemente en semifinales.

Europa veía entre asombrada y encantada como unos jugadores que habían viajado a Suecia a pasárselo bien y a jugar sin preocupación alcanzaba las semifinales del campeonato. Era increíble que llegara tan lejos un equipo que, como dijo Flemming Povlsen, se alimentaba a base de Coca Cola y Big Macs y su entrenador preparaba el partido contra Francia con una competición de minigolf! La mezcla de diversión y trabajo duro permitió a la selección danesa alcanzar un grado de unión que les permitió jugar sin presión ni objetivos.

La semifinal era a priori desigual. Holanda tenía un equipazo y era el vigente campeón de Europa. Rijkaard, Van Basten, Gullit, etc. eran algo más que una amenaza para los daneses. Sin embargo, un inspirado Brian Laudrup en el centro del campo y los dos goles de Henrik Larsen pusieron dos veces a Dinamarca por delante. Bergkamp había hecho el 1-1 y cuando ya se cantaba la victoria vikinga, Frank Rijkaard llevó el partido a una prórroga donde nada sucedió. Se llegaba a los penaltis.

El fútbol es caprichoso y en esta historia no iba a ser menos. Marco Van Basten, encumbrado en la anterior Eurocopa erró el disparo ante Peter Schmeichel. Un gol y a la final.

El penalti final que tira Christofte es el típico que si lo falla es para matarlo. Sin carrerilla, como si estuviera jugando una pachanga con los amigos. Sin embargo, engañó a Van Breukelen y marcó. Dinamarca jugaría la final.

El 26 de junio, con un Ullevi Stadion repleto, iban los daneses a enfrentarse a la vigente campeona del mundo en Italia 90, la selección de Alemania. Pero ese día, Dinamarca demostró que el rendimiento demostrado durante todo el torneo no era casualidad. Su espontaneidad y desparpajo les hicieron dominar el partido desde el primer minuto. A los 18 minutos ya se ponían por delante con gol de Jensen. Con un Schmeichel inspirado, los daneses aguantaron y en el 78 Kim Vilfort sentenció con el 2-0. El cuento iba a terminar con final feliz. Al final, Dinamarca campeona de Europa, pura dinamita danesa.

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